lunes, 6 de septiembre de 2010

Estancamiento

Según el diccionario de la RAE, es el masculino de estancación, que es la acción del verbo estancar y este último es:


Detener y parar el curso y corriente de un líquido, prohibir el curso libre de cierta mercancía, concediendo su venta a determinadas personas o entidades y suspender, detener el curso de una dependencia, asunto, negocio, etc.

Como podemos leer, los diferentes conceptos tienen en común la palabra DETENER, por un momento pienso que a lo mejor esa era la palabra que quería analizar, pero cuando veo más allá comprendo que no, porque ESTANCAMIENTO se ajusta más al objeto de mi análisis de hoy.


Cuando existe un estancamiento, es normal que se asocien otras cosas, turbieza, fetidez, reproducción de seres indeseables, redundancia, parálisis, entre otras, ahora detengámonos un momento y examinemos nuestro entorno, nuestra casa, nuestra oficina o lugar de trabajo, nuestro país, nuestra vida y preguntémonos ¿padecemos de estancamiento? Y digo padecemos porque por lo antes escrito también pareciera una enfermedad.

En mi caso por ejemplo, no es ajeno a este efecto de hecho a veces requerimos de un pequeño descanso en nuestro andar, sin embargo trato de no caer, el secreto está en estar atento, cuando empiezo a ver que el tiempo pasa cada vez más lento, pienso que es momento de dar un paso adelante y continuar.

Siempre he visto mi vida, como una escalera y trato de vivirla escalón por escalón, como la canción, a veces ese escalón se hace amplio, como cuando algunos buenos arquitectos se preocupan por dale descanso a quien desea subir con exceso de peso y otras simplemente son escalones muy cortos que aunque pequeños vale la pena pisar, consiente estoy de que no soy un tipo extraordinario, solo trato de no quedarme atrás, por ello me entristece cuando otro humano deja pasar la vida y permanece estancado, contaminándose como pantano, sumido en la mediocridad, reproduciendo su basura y viviendo entre ella, criando parásitos y produciendo virus que a la postre atacan la sociedad, si a como esta, esta última, le podemos llamar así.


Como me gustaría extenderle la mano a ese hermano y halarlo o empujarlo hacia el bienestar, me gustaría poder llegar a su cerebro y plantar una semilla de energía que eche andar la maquinaria de su verdad, pues nadie puede sacarlo de su putrefacto estancamiento, más que solo él al aceptar que es humano, divina creación del Divino y no una sombra que someta su libertad.

Saludos

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